jueves, 1 de enero de 2015

Ellendor 2 (Obsidiana)

      Bueno, aquí traigo la siguiente parte. Sigo sin un título definitivo. Sé que me repito pero... los comentarios siempre se agradecen. Wattpad: Ellendor

       Kimi remoloneaba en frente de la puerta del despacho. Cambiaba el peso de una pierna a otra dando pequeños saltitos. ¿Cómo sería el director? Alguien capaz de parar en seco hechizos a varios pisos de distancia debía ser una persona imponente a la fuerza.


    Además, había estado hablando con Erial. ¿Qué le habría revelado de ella? En función de lo que el director supiera, ella le diría una cosa u otra al entrar. Se miró a los pies inquieta, preguntándose que historia le podría contar. Entonces se dio cuenta de otra cosa. Estaba hecha un asco. Por lo que podía ver estaba llena de barro y tenía la ropa destrozada. Tampoco olía lo que se dice bien.

      Finalmente, decidió que no podía estar parada ante la entrada. Tomó aire, cerró los ojos y llamó. Nadie respondió. Al cabo de un rato llegó a la conclusión de que, si el director había hablado con Erial, ahora la estaba esperando a ella. Con todo esto, tomó la decisión de abrir la puerta.

      La habitación era rectangular. Con un ventanal al fondo, una pared cubierta de estanterías y en la otra pergaminos y diplomas enmarcados, también tenía unas pilas de libros y papeles. En el centro había un escritorio gigante lleno de pergaminos y tomos abiertos formando un montón que se elevaba prácticamente hasta el techo. El suelo también estaba lleno de cosas en completo desorden. Tenía dos sillas justo delante. Una especie de máquina los recogía uno a uno y los llevaba a las pilas. Kimi lo contempló un rato antes de decidir sentarse muy erguida en una de las sillas. Estuvo mirando el extraño artefacto mientras decidía la mentira que le iba a contar al director.

     Los minutos pasaban tediosos uno detrás de otro. Era uno de esos días cálidos de principio de Septiembre y el sol calentaba la habitación a través de la cristalera. Kimi se empezó a amodorrar poco a poco. Se le cerraban los párpados. Al primer cabeceo, sacudió la cabeza y se levantó de un salto derribando el montón de cosas del escritorio y provocando una serie de chillidos por parte del artilugio. Cayeron al suelo provocando un estrepitoso ruido.

    - ¿Pero qué...?

    Kimi dio otro salto, está vez hacía atrás. Detrás del escritorio, sentado en una silla muy elegante, había un hombrecillo. Tenía un aspecto desaliñado. Su pelo gris le tapaba los ojos castaños que la miraban desorbitados. La barba, también gris, le tapaba parte de la camisa con estampado de flores rosas que vestía. Completaba su atuendo con unas bermudas azules y unas chanclas amarillas.

    - ¿Se puede saber quién eres?¿Qué haces aquí?- Gritó.
    - Eh... Kimi Darkshadow. Quiero estudiar aquí.

    Inmediatamente se mordió la lengua. Ya había dado más información de la necesaria. Tenía que recobrar el control.

    - ¿Quién es usted?- Preguntó.
    - Arcus Mercel. El director de Ellendor.- Respondió ofreciéndole la mano.

    Kimi se la estrechó. A la vez intentó sondear su nivel de magia. Nada. Sabía que solo había tres posibles motivos por los cuales no lo podía averiguar. Uno: El sujeto no posee nada de magia o un nivel ínfimo. Dos: El sujeto la ocultaba, como hacía ella. Tres: El sujeto tenía un nivel demasiado superior al suyo como para notarlo. Lo miró intentando averiguar cuál de las dos últimas razones sería cierta.

    - Erial me ha contado todo lo referente a tu...situación.-Empezó el director.- La verdad es que todo el papeleo ya está hecho. Solo te he hecho subir porque me gusta conocer a todos mis alumnos personalmente. Así que...bueno...ya te puedes ir. Habla con Hortensia en la residencia de alumnos para que te ponga al corriente de todo lo que necesitas.

    Kimi asintió y se dirigió a la puerta. Se paró en el umbral al oír al director de nuevo.

    - Prometedora.

    Se giró de golpe, pero Alecian se había vuelto a dormir.  Sacudió la cabeza y salió de la estancia.


    Hortensia era una mujer amable, algo regordeta, con el pelo morado y muy simpática. Le había dado un mapa de Ellendor y otro de Amatista, la ciudad en la que se encontraban. También le dio la llave de su habitación. Ahora la estaba buscando. Totalmente perdida en la residencia.

    - Hola ¿Estás perdida?

    Era una chica que acababa de salir de su habitación. No debía ser más mayor que Kimi. El pelo azul le caía largo y ondulado en la espalda. Llevaba puesto una túnica morada. La miraba sonriendo. Kimi negó con la cabeza. No le podía decir que estaba perdida.

    - ¿Cuál es tu número de habitación?
    - La 13.
    - Es la contigua a la mía.- Dijo señalando la puerta de su izquierda. La última del pasillo.

    Kimi abrió la puerta con la llave. La chica entró detrás de ella. Era acogedora. Tenía gran una ventana, debajo de ella un escritorio con una silla. La cama estaba pegada a la pared, a su lado había una cómoda y un armario, también había unas estanterías vacías en la otra pared, junto a otra puerta. Kimi se acercó lentamente a la cama.

    - ¿Qué te parece?

    La chica del pelo azul esperaba en el umbral.

    - Es..Grande.-Concluyó Kimi.

    La chica se rió.

    -La verdad es que te estaba esperando.- Empezó.- Te vi en el salón. La verdad es que los chicos de vez en cuando son unos bestias, pero son majos cuando los conoces y Liam, bueno...Es Liam. Soy tu compañera de habitación, aunque no dormimos en la misma habitación, pero esa puerta las comunica.- Señalo la puerta.- Oh, supongo que debería presentarme. Soy Erika.

   - Kimi.

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