martes, 13 de enero de 2015

"Corre" (Obsidiana)

    Vamos con otra historia de miedito. Estoy pensando alguna forma de continuarla, pero por el momento va a ser un relato corto.

    Despierto en la más absoluta oscuridad. Por un momento, al abrir los ojos, he pensado que me había quedado ciega. Me incorporo con dificultad. Todo me da vueltas. Me apoyo en una especie de columna. Por el tacto rugoso deduzco que se trata de un árbol. Parpadeo un par de veces mientras espero a que el dolor de cabeza remita. Cuando se disipa la niebla que cubría mi mente notó que un escalofrío recorre mi espalda.



    ¿Quién soy?¿Cuál es mi nombre?¿Dónde estoy?¿Como he llegado aquí?¿Seré ciega?Las preguntas se agolpan en mi mente. ¿Tengo parientes y/o amigos?¿Se preocuparan por mí? Sacudo la cabeza, respiró e intentó calmarme. Decido empezar por lo que sé.

    Soy una chica. Creo que tengo el pelo largo. Parece que estoy en un bosque. Está oscuro como boca de lobo y hace frío así que debe ser de noche. Puede que sea ciega. Llevo puesta una sudadera con capucha.

    Algo me pesa en la delantera de la sudadera. Meto la mano en el bolsillo. Un objeto cilíndrico. Le doy vueltas hasta que toco el interruptor. Es una linterna.

     La luz ilumina mis pantalones y concluyo que no soy ciega. Algo sobresale del bolsillo derecho del pantalón. Un papel.

    Cojo la linterna con la boca y desdoblo la hoja. Está casi en blanco. Solo pone una palabra: Corre.

    "Corre" La palabra resuena en mi mente mientras iluminó el lugar en el que me he despertado. Parece un claro. Estoy rodeada de arboles. No parece que haya nada más que hojas secas en el suelo. Doy unos pasos. La hojarasca cruje bajó mi peso. Veo que la única forma de salir de aquí es comenzar a andar. Sin embargo, no puedo andar sin saber a donde.

    Examino lo que tengo. Necesitaría un lugar elevado para otear el bosque o un río. No se porque pero sé que si sigues un río, tarde o temprano encuentras una civilización. Me acerco a un árbol que tiene las ramas más bajas que las demás.

    Desde la copa, puedo ver como me rodea la más espesa negrura. En ese momento, veo una débil luz. Parece una casa, no debe estar muy lejos.

    Después de bajar. Comienzo a caminar en su dirección. Mientras dejó atrás el claro, por mi mente empieza a dar vueltas. Recuerdo un videojuego. Slenderman. Creo que la cosa iba de buscar notitas en medio del bosque y si te pillaba Slenderman, morías. Con una risita nerviosa miró atrás. No parece haber nada, pero empiezo a caminar más rápido.

    "Corre" ¿De qué? Empiezo a respirar más rápido. ¿De qué tengo miedo? ¿De que Slenderman me atrape? Sigo aumentando la velocidad de mi marcha. Un escalofrío recorre mi espalda y echó a correr.

    Mis jadeos resuenan en el bosque, como amplificados. El crujido del suelo y los arboles dan paso a una especie de chapoteo. Me paro en seco. Enfrente mía hay un lago.

    ¿Y ahora qué? ¿Lo rodeo o lo atravieso? Miró a mi espalda. No parece muy grande, igual podría nadar. Por cierto...¿Sabre nadar? Me estremezco, no voy a averiguarlo ahora. Empiezo a caminar. La casa esta al otro lado, no se porque pero sé que debo llegar allí. La mantengo a mano derecha. De vez en cuando la miro para saber a que distancia estoy. Ya estoy bastante cerca, opino que a unos 100 metros, cuando parpadea.

     La golpeo. No...¡No! Se me agota la pila. Una ráfaga de viento helado me golpea por detrás. Alentada por el miedo corro como imagino que no habré corrido en mi vida. Llego justo cuando la luz comienza a extinguirse. Se oyen voces dentro. Supongo que en ocasiones normales, me lo pensaría dos veces. Pero ahora, no tengo elección. Tomo aire y abro la puerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario